EL EFECTO FUSIBLE EN TU VIDA

EL EFECTO FUSIBLE EN TU VIDA

Alfonso Botero Guzmán. (NC en C)

Tratando de ser lo más “gráfico” posible con este tema, quiero poner un ejemplo práctico para explicarle, cual fue la consecuencia del pecado en nuestras vidas. El punto de partida aquí es entender que la palabra pecado significa desobedecer a Dios. Una vez fuimos puestos en el Paraíso se nos dieron instrucciones claras y precisas para disfrutar y gozar de todas las cosas creadas allí. Sin embargo, había uno impedimentos, prohibiciones o mandatos que debíamos respetar.

 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.   Gen 2:16-17

 Unos renglones mas adelante, el capítulo 3 de Génesis describe en detalle como Adán y Eva incumplieron dicho mandamiento y desobedecieron. Es decir: ¡Pecaron!

 Como resultado de ese pecado, instantáneamente entró, tanto la muerte espiritual, como la muerte física a la humanidad. Permítame expresarlo de una manera comprensible: Es algo como lo que ocurre cuando usted está en su casa y por una sobrecarga de energía se va la corriente eléctrica. Este suceso, que conocemos como un “corte de luz” es debido a que técnicamente se revienta el fusible (o se salta el taco), trayendo como consecuencia oscuridad en el hogar. Visto desde esta perspectiva, nuestra relación con Dios fue interrumpida abruptamente por la desobediencia (pecado). Eso implicó en nuestra vida una especie de “desconexión” con esa fuente de energía: La vida misma; y literalmente morimos. Desde ese momento, la raza humana tiene una existencia física temporal, mas no tiene la vida de Dios en sí mismo, es decir su Espíritu.

 Haciendo una analogía, quiero que pienses en tu lugar de residencia, donde muy probablemente tendrás algunos dispositivos eléctricos y/o electrónicos que se alimentan de la energía eléctrica que provee algún prestador de dicho servicio. Al momento de construir la vivienda, esta tiene una capacidad de carga que te permite por ejemplo encender simultáneamente 20 bombillos, instalar una plancha, un equipo de sonido, un computador, una lavadora, una nevera y un televisor. Pero te advierten que por ningún motivo, vayas a instalar un equipo que demande más carga de la instalada, porque corres el riesgo de quedarte sin el fluido eléctrico. En otras palabras, tienes mandatos e instrucciones claras, donde te prohíben hacer ciertas cosas, so pena de interrumpir o cortar el flujo eléctrico. No obstante, pese a las advertencias, desobedeces y decides conectar un equipo que sobrepasa la carga, lo cual significa que violaste el mandato o manual de instrucciones y como consecuencia de la sobrecarga se revienta el fusible (breaker o taco) y te quedas sin fluido eléctrico. Ten en cuenta que éste, sigue llegando hasta tu casa, pero no entra por la interrupción; y para restablecerlo, debes necesariamente poner un nuevo fusible, breaker o taco para volver a tener energía al interior de tu casa.

 Al igual que en el Edén (nuestra primera casa), el no respetar las instrucciones del Creador y haberlas desobedecido, causó la interrupción del flujo de energía Divina a nuestras vidas, pues se entenebreció el corazón, que para efectos de esta explicación, equivale al fusible o breaker.

Al haber quedado inmediatamente desconectados (apagados) para siempre, urge poder reconectarnos a la fuente de energía de donde fluye la vida. Lo cual, a diferencia del breaker de la casa, ningún hombre está en capacidad de hacerlo por ti o por mí. Es claro que, si nacimos con el fusible roto, por ende ¡todos estamos muertos! Y evidentemente, un muerto no puede darle vida a otro muerto. Por lo tanto, solo una persona viva puede hacerlo.  

 La buena noticia es que de hecho, el espíritu de Dios que se nos dio cuando nacimos, sigue ahí instalado en tu corazón. De alguna manera inactivo y apagado, cual fusible “quemado”, pero listo para ser cambiado y renovado por uno nuevo. Jesucristo, por su infinita gracia y haciendo la voluntad del Padre, vino exactamente a eso, a reconectarnos con la fuente de energía de la que fluye la vida eterna y restaurar nuestra relación con el Padre.

 Cree en Él, es todo lo que necesitas: ¡CREER!

 “Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz”     Sal (36:9)

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